Cheesecake de matcha sin horno: receta fácil, cremosa y deliciosa
¿A quién no le gusta un buen postre? Y si además es fácil, no necesita horno y lleva matcha… entonces estamos hablando de una combinación ganadora. El cheesecake de matcha sin horno se ha convertido en uno de los postres más buscados por los amantes del té verde japonés. Y no es para menos. Esta receta es ideal si te gusta disfrutar del sabor intenso y ligeramente dulce del matcha, pero en versión dulce, fresca y diferente. No necesitas ser experta en cocina ni tener un molde especial. Solo ganas de probar algo nuevo, delicioso y lleno de beneficios antioxidantes. En este artículo te vamos a contar cómo hacer un cheesecake de té matcha sin horno, qué tipo de matcha usar, cómo lograr esa textura cremosa perfecta y qué variantes puedes probar. ¡Manos al matcha!
¿Qué tipo de matcha es mejor para postres?
Antes de empezar con la receta, es importante hablar del ingrediente estrella: el matcha. No todo el matcha es igual, y para repostería conviene elegir bien. En este caso, lo mejor es utilizar matcha culinario premium.
Este tipo de matcha tiene:
- Un sabor más intenso, que no se pierde con el resto de ingredientes
- Un color verde brillante que no se apaga al mezclar
- Una relación calidad-precio más adecuada para cocinar
El matcha ceremonial, aunque más delicado, es mejor reservarlo para tomar solo con agua. Usarlo en una tarta sería un desperdicio, tanto por sabor como por precio. El culinario, en cambio, está pensado justo para esto: mezclarse con lácteos, harinas, chocolate y demás sin perder su esencia. Así que si estás pensando en comprar matcha para postres, busca uno culinario ecológico japonés. Y si lo compras en The Matcha Bowl, te aseguras trazabilidad, sabor y frescura.
Ingredientes básicos para una cheesecake sin horno
La gracia de esta receta es que no necesitas complicarte. Con ingredientes comunes y un poco de paciencia, puedes conseguir una tarta de matcha cremosa y equilibrada. Ingredientes para un molde de 18-20 cm: Para la base:
- 150 g de galletas (tipo Digestive, avena o sin gluten)
- 70 g de mantequilla derretida
Para la crema:
- 400 g de queso crema
- 200 ml de nata para montar (mín. 35 % MG)
- 80–100 g de azúcar (puede ser eritritol o sirope de agave)
- 16 g de matcha culinario (
- 6 g de gelatina neutra o 1 sobre de agar-agar
- 3 cucharadas de agua caliente (para disolver el matcha)
Opcional para decorar:
- Más matcha espolvoreado por encima
- Frambuesas, fresas o arándanos
- Chocolate blanco rallado
Con estos ingredientes tienes para unas 8–10 porciones generosas.
Paso a paso: cómo hacer cheesecake de matcha sin horno
Esta receta no tiene complicación. Lo más importante es seguir los tiempos de reposo para que la textura quede perfecta.

Aquí va el paso a paso:
1. Prepara la base
- Tritura las galletas con una picadora o metiéndolas en una bolsa y machacándolas con un rodillo.
- Mezcla las migas con la mantequilla derretida hasta que quede una masa húmeda.
- Extiende esta mezcla en el fondo de un molde desmontable y presiona bien con el dorso de una cuchara.
- Reserva en la nevera mientras preparas el relleno.
2. Disuelve el matcha
- En una taza pequeña, mezcla el matcha con las 3 cucharadas de agua caliente (no hirviendo).
- Remueve bien hasta que no queden grumos. Puedes usar un mini batidor o chasen si tienes.
3. Mezcla el relleno
- En un bol grande, bate el queso crema con el azúcar hasta que quede suave.
- Añade la mezcla de matcha disuelta y sigue batiendo.
- En otro bol, monta la nata bien fría hasta que esté semimontada (no muy dura).
- Incorpórala a la mezcla anterior con movimientos envolventes.
4. Añade la gelatina
- Disuelve la gelatina siguiendo las instrucciones del paquete.
- Agrégala a la mezcla de queso y matcha y remueve bien.
5. Monta la tarta
- Vierte toda la mezcla sobre la base de galletas ya fría.
- Alisa la superficie con una espátula o cuchara.
- Refrigera mínimo 4 horas (mejor si es toda la noche).
6. Decora al gusto
- Antes de servir, espolvorea un poco de matcha con ayuda de un colador fino.
- Añade fruta fresca, ralladura de chocolate o lo que te inspire.
¡Y a disfrutar! Cremosa, intensa, saludable y sin necesidad de horno.
Variantes y consejos útiles
Una de las ventajas de esta receta es que se puede adaptar fácilmente. Aquí te dejamos algunas ideas: Variantes
- Vegana: usa queso vegano tipo crema y nata vegetal (de coco o soja). Sustituye la gelatina por agar-agar.
- Sin azúcar: utiliza eritritol, estevia líquida o sirope de agave.
- Sin gluten: opta por galletas sin gluten para la base.
Consejos para que tu tarta de queso de matcha quede perfecta
- No te saltes el paso de disolver bien el matcha. Si quedan grumos, la textura se estropea.
- Usa nata fría y no batas en exceso o se cortará.
- Si usas agar-agar, ten en cuenta que cuaja más rápido que la gelatina tradicional.
- Deja enfriar al menos 4 horas. Si puedes, mejor toda la noche para que esté bien firme.
Preguntas frecuentes sobre cheesecake de matcha sin horno
¿Qué tipo de matcha usar para postres?
Para postres y repostería, el ideal es el matcha culinario. Este tipo de matcha tiene un sabor más intenso que en este caso si, su amargor equilibrado hace combinar perfectamente y es más asequible que el ceremonial. Aunque podrías usar matcha ceremonial, no lo recomendamos: es más caro y su sabor es más delicado, por lo que se pierde entre otros ingredientes. Si compras un buen matcha culinario ecológico japonés, vas a notar el sabor y conseguirás el color vibrante que buscas en una tarta de matcha.
¿Se puede congelar la tarta?
Sí, puedes congelar la tarta de queso de matcha, pero con precaución. Lo mejor es hacerlo en porciones individuales, bien envueltas en film transparente y luego en un recipiente hermético. Al descongelar, deja que repose unas horas en la nevera, no a temperatura ambiente. Puede perder algo de textura cremosa, pero el sabor se mantiene. Aun así, lo ideal es consumirla fresca tras haber estado una noche en la nevera.
¿Cuánto tiempo aguanta en la nevera?
La cheesecake de matcha sin horno puede conservarse en la nevera hasta 4 días, siempre bien tapada para evitar que coja olores. Si la has decorado con fruta fresca, es mejor consumirla en 1 o 2 días, ya que la fruta puede oxidarse. Si la haces con antelación, te recomendamos decorarla justo antes de servir.
¿Puedo sustituir la nata o el queso crema?
Sí. Si quieres una versión más ligera o vegana, puedes sustituir la nata por nata vegetal (de coco, por ejemplo) y el queso crema por una versión vegana o incluso tofu cremoso. El resultado será algo diferente en sabor, pero muy rico. Asegúrate de equilibrar el dulzor, ya que algunas versiones veganas son menos ácidas que el queso original.
¿Se puede hacer sin gelatina?
Sí, puedes hacerla sin gelatina, pero la textura será más parecida a una mousse o crema. Para una alternativa vegetal, puedes usar agar-agar (1 cucharadita por cada 500 ml de mezcla) o incluso dejar que la tarta cuaje sola si los ingredientes son lo bastante densos. También puedes añadir un poco más de queso crema para que quede más firme sin necesidad de espesantes.